Amaneciendo

Amaneciendo
Luz del interior/Foto de Internet

sábado, 19 de septiembre de 2015

Canto cuarto

























Esponjas y palmeras en el pedestal de corcho,
como ojos sólo, sin tics ni bululú...
Alas, hijos, astros, hojas...
Este silencio que nos encuentra de nuevo.
Este apretar de cráneos sin cautela.
Esta sumisión de nuestros deseos al sueño de la nada,
cuando todo son silencios de esperma cosquilleando
en el “hall” de la lechuza...
Volvemos a la infancia que nos raptaron
los jilgueros y las higueras,
cuando jugábamos a ser gorriones que asaltaban
graneros, y todo que podíamos alcanzar
era el rastro de una luna juguetona.


Volvamos...

Volvemos a encontrarnos bajo esa cortina de parras
y tenemos los brazos llenos de golondrinas, coloradas,
blancas, grises, azules, extranjeras, tropicales...
redentoras.

Momentáneamente se escurre mi sueño como un pez

entre las aguas...

Canto quinto













Inundado de este sueño tierno, sosegado el silencio,
el tiempo parado y embelesado en el espejo,
el suspiro verde eleva su savia nieve.
Estáticos los faroles. Estática la brisa. Sueño que amanece.

Las flores y los versos despiertan en mi alma
y las mansiones de mi cielo se rinden a las alfombras
de arena que pisa el piélago de una guitarra mística,
en su delirio de liras.
Los dondiegos contemplan entre tules de luna
al tálamo que acoge el éxtasis de quienes se encuentran
desnudos en el atrio de la gloria.

Se escancian copas de cava por los senderos del espacio nocturno.

La noche nace más libre.

Sigue el balanceo lento de las olas serenando mi alma de tintineos
y campanillas.

Canto sexto







Te he descubierto, noche sola, tímida,
sensata y juguetona, de azules escarlatas,
grises, dorados, acerosos y marinos,
de enarcadas bombillas.
En los porches de mi cándida entrega,
los panales dormidos derraman cera
y resina.
AHORA que amanece, noche tenue,
noche pura, se disuelven los fantasmas.
Queda en mi corazón de niño un rosario
de recuerdos y mis ilusiones se apoyan
en el peciolo del amor, porque ahora
todo es CERCA.
PALPABLE
CLARO.

Presente de lunares, cascabeles, luceros y sonajas.
La niña recoge conchas por la playa y se oye
el croar de la rana.

AMANECE.

viernes, 18 de septiembre de 2015

Canto séptimo


















De tu mano siento el paso firme YA
AHORA
SIEMPRE
¡ESTA NOCHE!
¡ Que no pase !
Ha de llegar el día. Pero antes hemos de vivir
la noche de cerezas y delfines.
En la media luz donde ahora es todo claro.
Palabras y gotas de arena.
Luna desnuda de nuestras almas- niebla.
Media luna, mujer a medias, ahora llena.
De tu mano siento el curso del río llano,
detenido en la dehesa del cáliz azul,
verde, rojo, marrón, amarillo...

Amanece una columna de espigas en la noche de orugas.



jueves, 17 de septiembre de 2015

Canto octavo














Amanece mi alma a los silencios diáfanos
que circundan tu cielo límpido de naranjos,
zafiros, gelatinas y granadas.
Nace a la madre, al niño, a la casa, al jardín,
al parque y a la ciudad.
Noche algodonada -en cualquier caso-
acaricia mi barba asediada de caracolas
pelirrojas, pelitersas y aun domadas.

¡ No creas que me he ido !

Escucho tu fluido soliloquio de planetas,
constelaciones, océanos y tranvías.

Eres VERDAD la noche que me abriga.
TODO
AHORA
SIEMPRE
AMOR

Es hora de seguir el viaje.



Canto noveno








Vuelvo al camino. 

La noche es vida, vida plena 

donde reside la esencia íntima del día.

Dentro están la estrella, la luna, el búho, el grillo, la rana

y el paraíso de la niña.

Dentro.

Siempre junto a la reja, al calor del emparrado,

sintiendo ese sueño sin cuerpo que me abrasa.

Toda la noche eterna 

ahora cortejándote,  conquistándote, seduciéndote:

verde, blanca,azul, amarillo... Como el bochorno de enfrente.

La luna me ha conquistado todo: arriba, abajo, afuera, adentro, siempre, nunca...

AHORA. Ahora que mi alma nace. Ahora que la luna crece. 

Ya jamás será tarde.

 Siempre ahora amenaza.

Bisbiseo.

Lo demás es capricho y obsesión, 

sílabas de entreceja al son de la música nocturna,

archipiélagos en esta fiesta de toboganes y verbenas.

Ahora abarca todo la sombra sutil del imponderable

volumen de las medusas sirocas.